La hoguera de las vanidades

La hoguera de las vanidades

domingo, 13 de febrero de 2011

Las dos orillas


De un lado, Antonio San José. Del otro, Ketty Garat. Son los flamantes fichajes del diario La Gaceta, que ha decidido darles espacio en sus páginas de opinión, siempre que quede bien claro cuál es la adscripción ideológica de cada uno. Habrán adivinado que el ex CNN+ se asoma al periódico de Intereconomía desde la orilla izquierda, mientras que la pizpireta cronista parlamentaria de Libertad Digital y esRadio lo hace desde la derecha.


Debe resultar triste para ambos ver sus textos etiquetados de antemano. Cabe suponer que a ninguno le hará gracia, pero así es el periodismo que empieza a imponerse en España. Para qué abordar realidades complejas desde posiciones críticas si a todo se le puede hincar el diente desde postulados de carril.


La verdad es que encuentro motivos de disculpa para los dos. No están las cosas cómo para andar puntillosos si se recibe una oferta de colaboración. De todos modos, y sin menospreciar lo más mínimo a Ketty Garat, creo que ambas trayectorias y perfiles profesionales no son homologables, o al menos, no como lo hace La Gaceta. Malos tiempos para un buen profesional como Antonio San José. Desde luego, la manera en que el Grupo PRISA le ha tratado no tiene perdón.

viernes, 4 de febrero de 2011

A la manera de... Luis María Anson

Las cartas boca arriba
Scarlett Johansson


Querida Scarlett:
Todavía te recuerdo, núbil y adolescente, cuando me visitaste en mi despacho de ABC verdadero. Ya entonces me dijiste que querías ser actriz. ¡Y en Hollywood, nada menos! No dudé que lo conseguirías. Desde entonces, niña mía, no he hecho otra cosa que alegrarme de tus éxitos y celebrar cómo Woody Allen, Brian De Palma o Christopher Nolan te iban modelando hasta convertirte en la gran intérprete que hoy eres. La rotundidad de tu físico, con tus piernas ebúrneas, tus labios carnosos y tu pétreo busto, no te ha impedido encarnar como nadie la fragilidad e inocencia de aquella chiquilla soñadora que aún me parece seguir viendo en los filmes más prestigiosos de Sofia Coppola o los hermanos Coen.


Tendrás que disculpar que todavía no haya ido a Nueva York a deleitarme con tu creación de Catherine en Panorama desde el puente, de Arthur Miller. Alguna noche lo haré. Será entonces cuando, en medio de una turba de jovenzuelos salidos de algún episodio de Gossip Girl, se haga notar un carroza trajeado. “¿Quién ese hombre que sigue yendo al teatro con corbata?”, preguntará alguno. “Es Anson”, responderá el enterado de turno. “¡Qué barbaridad”, replicará un tercero, “¡nunca he visto a nadie aplaudir de ese modo!”.